A G O S T O
Demoledora y tremendamente dura, es la visión de una familia norteamericana del
escritor Tracy Letts y que dio pie a una soberbia obra de teatro, estrenada en
Broadway en diciembre de 2007, obteniendo el Premio Pulitzer y cinco Tonys.
Ahora buena parte de sus virtudes se traslada a una excelente adaptación
cinematográfica que ha contado con nominaciones a los Globos de Oro, también
para los oscars. Es la ratificación de un director no muy conocido, pero que a
partir de ahora hay que englobarlo entre los grandes: John Wells, firma con
Agosto su segundo largometraje tras una brillante opera prima titulada, 'The
company men'. Su labor cuenta con un aliado impecable en la interpretación del
reparto, pero es la dirección la que encauza y pone todo en su punto. Resulta
llamativo que un drama de tal calibre recurra en ocasiones a la comedia y al
humor ácido para mostrar las dimensiones reales de un clan que revela lo
carcomido de todos los pilares sobre los que se sostiene la convivencia. Como es
corriente en películas que reflejan un ámbito familiar aparentemente estable
para sacar a la luz sus miserias y trapos sucios. El film cuenta un suceso
determinante, en este caso el suicidio del padre, un escritor que desaparece una
mañana de su casa y cuyo cuerpo es encontrado posteriormente ahogado, para
llevar a cabo su terrible disección. Vemos así que la madre, que padece un
cáncer y es adicta a los medicamentos, mantiene unas relaciones difíciles con
sus tres hijas, fruto de su tendencia a una sinceridad que a menudo resulta
perjudicial y ofensiva. Además, las tres hermanas han visto fracasar sus
respectivos matrimonios como consecuencia de su incapacidad para mantener la
estabilidad de sus hogares. Si durante mucho tiempo esa realidad cruel se ha
maquillado en base a dosis notorias de hipocresía, ahora que el drama y la
frustración les embarga y el lugar en el que se criaron contribuye a ello, se da
rienda suelta a todo lo que acumulan en su interior. Resulta gratificante
encontrarse películas que son capaces de desmontarte con facilidad algo tan
intocable hoy en día como la institución familiar y todos los mitos que se crean
alrededor de ella. A partir de la obra teatral, John Wells se mete entre los
engranajes que articulan la dinámica familiar: hijos predilectos, amores
incestuosos….todo aquello que los modismos niegan pero que, no nos engañemos,
existen. Los personajes son el reflejo de los silencios guardados durante años y
de ese extraño y cancerígeno sentido del respeto que misteriosamente suele
imperar en la familia media. El mismo sentido del respeto que convierte a sus
miembros en esclavos de lo que no les dejaron ser, en títeres movidos por un
mente torturada, o torturadora. Se conforman con lo que les ha tocado vivir,
esperando tal vez que alguien de un puñetazo en la mesa durante una comida y
diga la verdad. El mundo de las apariencias en el que felizmente habían vivido
entonces se resquebraja y surgen los monstruos, monstruos llenos de neurosis,
resentimientos y vacíos. Todos los actores, nos ofrecen un abanico de caracteres
ante los que cualquier miembro de una familia, sea sumiso, dominante, ingenuo,
se puede ver identificado. Mención especial para Julia Roberts que hace de
perfecto alter ego de su madre y que se convierte en ese canal que perpetuará el
insigne estigma familiar. Y, hablando de la matriarca, una Meryl Streep para
variar inconmensurable, que dota a su personaje de esa aprensión, de ese falso
orgullo y vanidad que puede caracterizar a cualquier cabecilla que interprete
que su vida ha sido un nido de amarguras y desahogue sus penas pasando el
resquemor a sus hijos. Los personajes no dejan de sorprendernos y nos muestran
como sólo la confrontación y la sinceridad hace que ese “grupo de células unidas
aleatoriamente” ocupe su sitio. Y al final el que busca algo termina
encontrándolo, aunque no precisamente en el mismo orden.
La gorgona es una ser femenino de la mitología griega cuyo rasgo peculiar es
tener como cabello numerosas serpientes y que con su mirada te deja de piedra. Y
eso es Meryl Streep en Agosto. Una madre despiadada que quiere querer a sus
hijas pero que convierte sus vidas en míseras. Un mujer dura, implacable,
drogadicta a causa de un cáncer en la boca, sufridora de una vida de
infidelidad, y de amargura pero que construye una vida a su tesón. El resultado:
una vida artificiosa, mentirosa y amarga. Una amargura que traslada
magistralmente a la pantalla. Agosto es una película que impresiona, a veces sus
tramas los combina con momentos cómicos bastante lúcidos. Siento predilección
por Meryl Streep, pero esta vez hay alguien que brilla mucho junto a Meryl:
Julia Roberts. La otra reina de Hollywood renace interpretando un papel muy
sólido, la de una hija que no quiere ser como la madre pero que es el resultado
natural de ella. Roberts tiene un aplomo que en pocas películas se le ha visto.
Le siguen muy cerca el matrimonio interpretado por Margo Martindale y Cris
Cooper, secundarios de lujo que lucen con luz propia en medio del despropósito
que es la familia Weston. Mientras Meryl saca a relucir su vulcanismo
histriónico, Roberts le da la justa pausa, el sosiego pero también la
voluptuosidad necesaria. Ambas actrices muestran un tour a force extraordinario,
que me recuerda el lucimiento de Streep con Amy Adams y Phillip S. Hofmann en La
Duda. Todo el elenco está asombrosamente espléndido, los diálogos son bastantes
buenos y no caen los clichés de este tipo de películas de reuniones familiares.
Es una película que quizás ya hemos visto similitudes en otras ocasiones, con
familias reunidas antes una tragedia y que se echan a la cara toda la mierda
habida y por haber, con injustas acusaciones y odio sempiterno hacia los
progenitores, pero lo que hace especial a Agosto es el odio visceral de la
familia Weston. No hay dramas especialmente duros, todo lo contrario, son
dramas comunes, situaciones que podríamos vivir en el seno de una familia que
guarda demasiado secretos, conocidos y sin conocer. La rabia y el odio
transmitido entre madre e hijas es natural en el entorno vivido.
-" La vida es muy larga -dice la voz de Sam Shepard al inicio del film- Y añade: “la frase es de T.S. Eliot, que no ha sido el primero que lo ha dicho ni el primero que lo ha pensado, pero se la atribuimos a él porque fue el primero que se molestó en escribirla "-
Las horas, los días en los que se desarrolla la película, son mucho más largos para sus protagonistas que para los espectadores. Igual que en la frase de Eliot, no es la primera vez que vemos en la pantalla una historia en la que una reunión familiar estalla en modo de catarsis... por citar un solo ejemplo, me viene a la cabeza “Secretos y mentiras” de Mike Leigh, y tampoco podemos atribuirle el mérito de este subgénero a John Wells, ni a Tracy Letts. Pero Agosto nos devuelve el amor por el buen cine y eso en estos tiempos, ya es mucho. Estamos ante un film de Hollywood, producida por los Hermanos Weinstein y por George Clooney, que tan bien conocen la industria. Sobre los repartos en principio parecía descabellado incluir a Ewan McGregor o Benedict Cumberbatch en una historia profundamente americana, decisión sobre la cual tuvieron que dar explicaciones al propio Tracy Letts. El resultado final ha sido mucho mas que acertado y brillante. No podemos decir que Agosto sea una catarsis diferente, pero sí que es magnífica. Los personajes familiares empiezan a asomar poco a poco, como en todos los clanes, con su cara amable y un lado ácido. Los genes juegan su aplastante papel, a veces con lógica y a veces de manera cruelmente incomprensible. La verdad absoluta de que en la vida tratamos peor a los seres que más queremos se adueña de la historia. Las preguntas que a lo largo de los años nos hemos guardado porque hemos asumido que nuestra familia es así, afloran de manera violenta, con el ansia de quien sale a la calle después de años y años de permanecer encerrado. Las pajas en los ojos ajenos no permiten ver las vigas en los ojos propios, o si lo prefieren los árboles del egoísmo no permiten ver el bosque de los allegados. Y, cómo no, los grandes secretos guardados bajo llave rompen definitivamente las cerraduras. La dureza de Meryl Streep y Julia Roberts contrastan con la resignación de Ewan McGregor, Sam Shepard o Chris Cooper. La culpable candidez de Benedict Cumberbatch y de Julianne Nicholson, chocan con la impune abstracción de una Juliette Lewis o de Abigail Breslin. Y todos y cada uno dan más categoría a cada frase del texto, de la obra, de la película.
JULIA ROBERTS HABLA SOBRE LA PELÍCULA
Hace tiempo que Julia Roberts no tenía un papel similar entre manos. Así de intenso y motivacional. Y ella misma lo confirma cuando hablan acerca de su papel de Bárbara Weston en la película Agosto. Un drama inspirado en la pieza teatral ganadora de un Pulizter:
"August: Osage County ".
-"Nunca en toda mi vida había trabajado tan duro, y eso que he dado a luz a
tres hijos. Recuerdo que la primera vez que pude ver la obra en teatro
simplemente la amé, Cuando me senté en la butaca y vi la pieza, pensé, que mi
vida nunca más será la misma. Habiendo pasado ya algo de tiempo, puedo decir que
el trabajo del elenco para transformar esto en una película fue increíble y que
no sé cómo podían hacerlo los actores en el teatro, ocho veces a la semana, sin
hacer algún tipo de rehabilitación luego del trabajo. Durante las semanas en que
se filmó la película, se formó una verdadera hermandad entre todos, un conjunto
de talentos que convivió y recreó en carne propia la experiencia y desgaste de
sus conflictuados personajes. Trabajamos duramente para hacer la película, ya
que no había otra manera de hacerlo. Fue como una montaña que había que escalar
cada día y la única manera de subirla, descubrimos, era ir tomados de las manos,
nos gustase o no. Y la rutina del peso emocional que producía ponerse en los
zapatos de esas hermanas con traumas a cuestas, con temas pendientes con su
madre, con disfuncionalidades varias, hacía más dura esta caminata. Trabajamos
mucho todo el día, nos íbamos a casa, tomábamos una ducha y después corríamos a
la casa de Meryl y comenzábamos a practicar y ensayar para el día siguiente,
había que seguir ese ritmo andando unas 19 o 20 horas diarias, de otro modo te
quedabas en el camino"-.
-"Allí estábamos, yo toda sudada por el calor... las cosas no eran como en mi
sueño; sin embargo, Meryl no solo es sublime y superior en su trabajo. Es una
persona tan hermosa... Ella ve no solo lo que uno necesita como actor, sino lo
que uno requiere como mujer en el mundo. Ella ofrece todo eso, todo el tiempo.
No importa que se caiga de sueño, no importa que esté agotada, siempre se
encarga de ti. Creo que ha sido la mejor experiencia de mi vida..Meryl Streep
nos mostró a todos lo que es trabajar realmente duro, nunca vi a nadie trabajar
así. Ella solo chasquea sus dedos y ya es un genio. Realmente es la más
trabajadora y estoy muy agradecida de haber compartido este film con ella. Hay
muchas escenas maravillosas, pero mi favorita es la que pasa en la estación de
ómnibus, cuando Benedict Cumberbatch llega al pueblo y es recibido por su
padre...Era mi secuencia y es mi escena favorita cuando leí el guión, dice todo
sobre una íntima y hermosa reconstitución humana, lo que significa el amor de un
padre frente a los fracasos de su hijo mayor: ternura con testosterona,
delicadamente interpretada. Estoy encantada, a sido un paso fundamental en mi
larga carrera."-.
Por comentar algún lapsus, pues la perfección es algo que no existe o que yo muy
pocas veces he encontrado, diré “Agosto” deja entrever en algunos momentos las
costuras del teatro, con esfuerzos por parte del director de cambiar de
escenario para que no nos demos cuenta de que las últimas secuencias pertenecen
a un mismo acto. También echo de menos algo del humor ácido, como destila la
obra original, y que en la película parece ocultado por el dramatismo de alguno
de sus actores. Y esas actuaciones que a menudo y equivocadamente algunos
críticos identifican como “teatralidad”, aflora en algunos momentos. Pero esto
sucede mucho sin quitarle ni un ápice de la enorme categoría del film, con un
aura mucho más trágica que la que envuelve a ese otro clan explosivo como podría
ser calificada esta “la gran familia americana”. Hace no mucho leí a alguien que
decía que la familia es esa institución social de la que siempre estamos
preconizando su defunción y que en cambio nunca termina de morir. Como si
estuviera hecha a prueba de bombas. En "August. Osage County", se narra la
descomposición familiar multiplicada por 100, una familia bajo el yugo de una
matriarca gravemente enferma de cáncer, interpretada por Meryl Streep
alucinógena, y casi siempre demoledora, que ha hecho del ataque a sus seres
queridos su única forma de vida. Cuanto decimos que la familia está al borde del
colapso más, en realidad, se fortalecen sus lazos. Hay más interdependencia
entre nuestros padres y nosotros que la que hay entre ellos y nuestros abuelos,
y seguramente menos de la que habrá entre nosotros y nuestros hijos. Esta
cuestión se toca en la película, ante las quejas de sus hijas por el trato que
les dispensó su madre durante su infancia y esta responde hablando de la suya,
de la terrible relación con su madre..... Ya no de la frialdad de su relación,
sino directamente de la agresividad que la presidía. Más adelante, el personaje
de Meryl Streep les dice a sus tres hijas, que quizás eso es lo que ha heredado
de su madre... !! Esa maldición/necesidad de devorar a sus crías !!... Y quizás
su hija mayor, Julia Roberts, lo haya heredado también. Quizás toda esa fuerza
volcánica, ese odio, ese rencor, que corre por los genes y se traspasa de
generación en generación, creando madres que de tanto amar a sus hijos los
asfixian por sus ansias de control.
En esta película no hay mucho sitio para la esperanza, la familia es una
condena a cadena perpetua. Cuando la hija Julianne Nicholson, dice que la
familia no es más que un grupo de personas unidas por estrictos lazos biológicos
se equivoca al restarle importancia a ese hecho. Letts acaba demostrándonos que
la unión genética viene acompañada de algo más, algo que quizás no sea producto
ni de la convivencia ni del cariño, algo espeso que se mueve por las entrañas
impregnándolo todo. No hay posibilidad de escapar, porque la familia está dentro
de ti desde que naces. Si August no duele es porque no persigue que nos
encariñemos a sus personajes. Es una historia agria, que se mueve por lugares
oscuros, que hace difícil amar a unos personajes llenos de miseria. Pero el film
funciona a pesar de este clímax, si en la primera parte es una comedia negra,
tras la cena la historia torna en drama familiar. Si la primera parte es total y
absoluta para la gran actriz Meryl Streep, la segunda lo es para una mas que
digna y admirada Julia Roberts.
La vejez no perdona y la edad no es nada complaciente con nadie y la familia es
un caldo de cultivo propicio de lo mejor y peor. Cumplir años nos hace dejarnos
llevar por el mal humor, la amargura vitriólica que se ha ido emponzoñando con
el paso del tiempo y a la que damos rienda suelta. Y nada es tan egoísta,
desagradecido, ingrato y atroz que las reuniones familiares cuando los secretos
largamente entumecidos o enterrados pugnan por desbaratar el poco equilibrio o
placidez que parecía quedar…AGOSTO es una intensa muestra de cine adulto, que se
degusta como las películas de antaño donde la palabra señoreaba con delectación,
el film ofrece lo que promete. Hay veces que un buen guión queda lastrado por
diferentes razones, un director sin garra, que nos sepa hacerse con las riendas
de un buen reparto, con unos principales, y secundarios excelentes, y cuando
digo todo esto no me refiero a AGOSTO, sino a un sin fin de películas, que
podían ser obras maestras si su director se dejara enamorar con buenos guiones.
Pero el cine tiene lagunas que ni el mismo sol puede calentar. La omnipresencia
de una Streep desbocada en esta película hace que uno piense cómo sería esta
extraordinaria actriz, dirigida por C.Eastwood, Daldry, Pollack, o en las manos
de Scorsesse. AGOSTO es todo un melodrama... Me costaría bastante decir quién me
ha impresionado más, pues todos son magníficos, y las diferencias se deben más
que a ninguna otra cosa, al diferente peso que tiene en la obra cada uno de los
papeles. Dicho esto, me atrevo a recomendar a mis almas gemelas que esperen
hasta que la cinta arranque de verdad. A primeras, tuve la sensación de haberme
metido en una imitación de Tennessee Williams, rebosante de situaciones
complicadas, pero cambia, sin embargo- y ¡de qué manera!- a partir de la cena
familiar, donde Meryl Streep y Julia Roberts se desmelenan como pocas veces se
ha visto en la pantalla. Hasta la silenciosa criada india, el papel menos
agradecido de todos y que está maravillosa. En resumen, una película de
intérpretes, lo cual no quiere decir que sea lo único destacable. Los diálogos
no tienen desperdicio Y la cámara, recreándose en los desolados paisajes de la
América profunda, tampoco.
En AGOSTO se siente por momentos ese aire a esos clásicos norteamericanos que ya
no se hacen, con grandes actuaciones y nombres, con dramas y conflictos
familiares, sin duda su creador se ve inspirado en eso para su historia, en la
película funciona bien pero a mi me quedo una pequeña sensación de que algo le
faltó. En síntesis tenemos una película con un contenido bastante fuerte, para
muchos puede ser difícil de ver: gritos y el desorden, yo personalmente la
disfruté y mucho, por lo que la recomiendo sin dudarlo. Yo he vivido en mi
familia casos de todo tipo, pero también los mayores gestos de generosidad y
sacrificio. Las circunstancias y experiencias, tanto positivas como negativas,
que vivimos durante la niñez, nos ayudan a construir nuestra personalidad. El
desarrollo normal del carácter requiere la satisfacción de ciertas necesidades
esenciales como son alimento, seguridad, protección, calor humano y afecto.
Igualmente importante es la presencia estable de un padre, en mi caso se me fué
a ese lugar donde todos iremos algún día, cuando acababa de cumplir 13 años,
esas figuras nos sirven de modelos y proporcionen apoyo, ánimo y comprensión.
Bajo condiciones de abandono, privación, falta de afecto y abuso físico o
psicológico, los niños adoptan un talante desconfiado y temeroso. Ante esas
circunstancias adversas muchos tienen dificultades para diferenciar el bien del
mal, no adquieren la capacidad de autocrítica o de remordimiento ni sienten
compasión hacia el sufrimiento ajeno. Un entorno nocivo, además, altera la
capacidad de controlar los impulsos y trastorna las relaciones con los demás, la
disposición para la intimidad, la habilidad para verbalizar sentimientos y la
aptitud para adoptar el punto de vista de otros. El amor engendra más amor y la
violencia engendra más violencia. Afortunadamente con el paso de los años, hablo
de mi caso, he podido ver realizado muchos de mis sueños.
.
Aristóteles definió la catarsis como la facultad de la tragedia de redimir al
espectador de sus propias bajas pasiones al verlas proyectadas en los personajes
de la obra: al involucrarse en la trama, la audiencia puede experimentar dichas
pasiones junto con los personajes y contemplar el castigo, merecido e inevitable
de éstas pero sin experimentarlo él mismo. A mí me ocurrió así: la historia de
los Weston me afectó. Me involucre con los personajes y sufrí con sus miserias.
Creo que no era mi momento de ver esta película, pero ese es el riesgo de ser
critico de cine e historiador del mismo. Debo señalar con mucha admiración a
Meryl Streep como esa madre dura e insoportable, implacable con los desastrosos
caminos que han elegido sus hijas, a quienes no para de reprochárselo en cuanto
tiene ocasión, y con la debilidad de su marido, ese alcoholismo que le recuerda
su flaqueza, la adicción a las pastillas, te hace odiarla; cuando trata de
ocultar los efectos de la enfermedad que padece, recuerda, con la mirada
perdida, la pobreza que experimentó en su infancia o refleja en su demacrado
rostro el pánico terrible que le inspira la soledad y el abandono de su familia,
te hace llorar y amarla al mismo tiempo... Nos ofrece una soberbia
interpretación que, aunque asustada y enferma, se aferra a la vida y que añora,
a la vez que desprecia, a su marido por haberla abandonado en el camino. es
importante puntualizar que es un PELICULÓN. Así en mayúsculas. Es un culebrón
familiar bien dirigido e increíblemente interpretado, que mezcla el humor más
ácido que he visto en mucho tiempo con el drama más intenso. A ratos me recordó
películas como Un Dios salvaje y a ratos las de Pedro Almodóvar.
Recomendadísima!
Destaco movimientos de cámara detalle, seguimiento y primeros planos que dan un
toque personal y humano al film, y unas caracterizaciones, en especial de la
protagonista, bien elaboradas y sorprendentes. Por lo que en definitiva, la
considero una obra interesante por la historia en si, por ser un drama familiar
único y corrosivo, que mezcla con acierto lo emotivo e hilarante por cómo se
desarrolla la trama y las interpretaciones, que hacen de Agosto, una cinta que
merece ser vista por todo lo que en ella representa.
Con el amparo de George Clooney como productor, el actor,
guionista y dramaturgo Tracy Letts adapta para el cine su propia obra de teatro,
en donde pone tras las cámaras a John Wells, que cuenta con amplia experiencia
televisiva. El resultado es un drama familiar de alto voltaje, con puntos
tragicómicos, en donde saldrá a la luz un maremágnum de secretos, mentiras y
sorprendentes verdades del que ninguno, madre, hermanas, cónyuges y primos,
saldrán ilesos. Agosto bebe indudablemente de la tradición dramatúrgica del sur
norteamericano. Hay momentos en que la sombra de Tennessee Williams es alargada,
como en la comida de funeral, en donde la disputa dialógica será exasperante y
se producirá una desenfrenada catarsis que afectará especialmente a la madre de
familia, pero que acusarán cada uno de los convidados. Tras la explosión ya nada
será lo mismo, sólo restará que cada uno vaya asumiendo en su propia carne el
fracaso familiar y vital, hasta llegar a la más ciega amargura, al completo
desafecto. Porque aquí, paradójicamente, sólo se apoyan quienes no comparten la
sangre. Y es que película sufre todas las ataduras que esperamos de un texto
diseñado para el escenario, pero que esta vez se ha hecho película. A pesar de
la buena cinematografía, la evocadora música de Gustavo Santaolalla, de un
puñado de escenas en exteriores diseñadas para "airear" el relato, Agosto
apasiona y gusta, los diálogos capturan, pero a diferencia de "Un Dios Salvaje",
aquí no hay un Román Polanski que recomponga de manera férrea el fortísimo
material, una reunión familiar con suicidio de por medio que da lo que promete,
pero precisamente por eso, por su empuje, también provoca la típica confusión de
una obra teatral metamorfoseada en cine de lujo. En manos de Wells, la moral,
ironía y angustia interior que Letts inyecta a la reunión familiar contrasta con
notas de melodrama "a lo Hollywood" en el que, además, los personajes masculinos
palidecen frente a los femeninos, descompensando la dramaturgia de la obra,
tanto que su salvajismo a veces juega en contra de la película.
Pero el show pertenece a sus actores, no a Wells, y como era de esperar, Meryl
Streep cumple como esa bestia que devora a todos aquellos que tenga delante, por
mucho que Julia Roberts aguante la embestida. Y lo hace, de manera brillante.
Pero en la lógica teatral, la película de Wells no sabe si centrar el duelo
entre las dos divas o realizar una obra coral, y en su defecto se entrega a los
careos de las magnolias de acero. Ni una cosa ni la otra, o todo a la vez, pero
al menos no nos quedamos con ganas de menos sino de más. Más de Chris Cooper,
más de Benedict Cumberbatch, de Julianne Nicholson y Margo Martindale, todos
ellos excelentes y carismáticos intérpretes de procedencias y trayectorias
diferentes. El caso de Sam Shepard, por cierto, es bien distinto, su inicio
admirable.
Estos y otros desequilibrios son AGOSTO, una película poderosa y que goza del privilegio del mejor reparto del año funcionando a toda máquina.
QUE GRANDE ES EL CINE