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ORSON WELLES

El genio que cambio Hollywood

 

 

 

 

 

 

 

La deuda que la historia del cine ha contraído con Welles no es solo la de una pación contagiosa y desgarradora. Yo pertenezco a una generación de cineastas que decidieron haer películas después de haber visto CIUDADANO KANE, también es, quizá por encima de todo, el ejemplo riguroso y todavía actual de un autor que supo medirse con el universo de los medios, que lucho, (aunque no saliera siempre vencedor), contra las tentaciones del éxito y del poder, y que reflexionó con lucidez sobre el papel que ha de cumplir un intelectual.

(FRANCOIS TRUFFAUT)

 

Shakespeare es uno de mis autores de cabecera, porque en periodos de insomnio funciona mucho mejor que cualquier pastillita para dormir. Es tan genial, tiene un lenguaje tan rico y unas historias tan magníficas que transporta. Que conste que esto no es una declaración de intenciones. Hamlet fué mi mejor película y la realicé utilizando una técnica diferente..... Pero en la realización de Orson sobre Otello, la obra no versa fiel sobre el escritor inglés. Esta obra va sobre Orson. Y aquí está el problema. Porque cuando un director se endiosa, no hay obra original que valga. La película es pretenciosa hasta la náusea. No recuerdo ninguna otra que posea más cambios de plano por minuto. Y ha eso no estoy acostumbrado, pero no sólo son los cambios de plano, los encuadres, la exagerada cantidad de contrapicados, los primeros planos...todo estalla y nos enseña la genialidad de Welles. Orson, es muy bueno, a pesar de todo., es magnífico, así como recrear una época, la historia... No puedo compararlo con mi Otello, son totalmente distintos, pero siento debilidad por el trabajo de Orson, su imaginación no tiene limites y lo apruebo porque el Palacio Ducal y la Plaza San Marcos de Venecia, fueron retratadas como las cosas más bellas que he visto en mi vida.

(LAURENCE OLIVIER)

 

Siempre es posible sentir simpatía por una persona despreciable, porque la simpatía es humana, de ahí mi tendencia en buscar personas por las que no disimulo en absoluto mi repugnancia, A mi me interesan las grandes personalidades, las que actúan, hacen, ordenan y aún si son moralmente condenables, son ellos las que colman la pantalla con su grandeza. Un caso concreto de lo que digo es mi amigo Marlon Brando.

(ORSON WELLES)

 

 

Orson Welles es uno de los nombres pesados de la cinematografía mundial, su paso por el Séptimo Arte no ha sido precisamente un camino silencioso, sus realizaciones, interpretaciones y sus guiones siempre dieron mucho que hablar. Yo creo que Orson siempre fué consciente de su enorme popularidad, de su importancia en romper moldes. Se puede decir libremente que el cine se hacía de una forma antes de que irrumpiera Welles en él y cambió las estructuras, los contraluces en blanco y negro, su riguroso estudio de los actores, y esa forma tan personal de emplear el gran angular, dando como resultado un cine totalmente nuevo, sin quitarse esa aureola de Thriller que tantos nombres dió al cine. Con la única diferencia que Orson iba mas allá del thriller al uso, tenía la particularidad de hacernos participes de cuando en la pantalla se desarrollaba. SED DE MAL es un claro ejemplo de ello, y un film que ha pasado a la historia como una autentica obra maestra, donde la hipocresía, la ambigüedad y el morbo se establecen reinantes, sin dejar opción a nada mas. Para mi es una muestra de todo el cine de Orson, conjugándolo en una trama creíble, magníficamente interpretada y que nos deja perplejos, aun sabiendo como será el resultado final. SED DE MAL, es un cuadro inmenso y fiel a su estilo caótico. Dentro de mi mente de cinéfilo, siempre asocio la figura de Welles con dos mitos e iconos del cine: Ciudadano Kane y Rita Hayworth, la primera por ser una película considerada por muchos como el mejor film de todos los tiempos y la segunda por haber sido el esposo de esta legendaria mujer, maravillosa se la mire por donde se la mire, y punto volcánico de una unión que estaba llamada a desaparecer, como así sucedió. Si Ciudadano Kane representó un fiel mosaico del poder, donde las entrañas humanas las abre el dinero y en donde Welles demostró mas que en ninguno de sus otros films, que la imagen mantiene una lucha feroz con la realidad, haciendo bailar a sus personajes en el mas diabólico de los adagios, el resultado final para mí, no es mas que un simple ensayo de lo que se podía haber hecho. Ciudadano Kane no es ni de lejos como se dice, el mejor film de todos los tiempos, no podría serlo nunca, porque el mismo welles la calificó como una película menor. Siento que esto pueda ser polémico para muchos que lo lean, pero he intentado ver la película mas de una vez, he querido ponerme del lado de esos sabios críticos, de ver mas allá de la imagen, pero siento decir que no encontré nada, solo un irrepetible y magnifico blanco y negro, pero nada mas.

 

 

 

 

 

En un cine madrileño ví por vez primera La dama de Shanghai. Si buscaba a mi Rita Hayworth de Gilda, o su esplendida Salomé, la película me entregó el marco de una gran pantalla, en una sala en penumbra. Pero conforme iba transcurriendo su proyección, ví como se desvelaba el enigmático choque entre dicha y desdicha, en el reencuentro de estas dos leyendas del cine y que quedó secretamente impreso en los destellos de la hermosa negrura de sus imágenes. Comencé a recuperarme poco a poco del cambio físico de Rita y así de esta forma me iba maravillando de uno de los monumentos mayores y más intrincados de la historia del thriller, porque con La Dama de Shanghai recuperamos también el lado confortador de una historia de amor e infortunio. Pero yo veía mucho mas allá, hacia el fondo, lo que le ocurre a la gente que se desnuda, la que se arranca la piel ante la evidencia imperceptible del falso pudor....La de un claro calvario, imposible de verbalizar, pues todo está hecho de imagen pura y así vamos percibiendo las mas bellas, arrojando luz sobre lo que condujo más tarde a Rita Hayworth y Orson Welles a expresar su infierno privado con las palabras mas discordantes que expresaron su inexplicable acuerdo de divorcio. Han ido saliendo en estos años mucha luz sobre los indicios de que había más que verdad entre La dama de Shanghai y aquella descabellada nostalgia que condujo a Rita Hayworth a situar su tiempo de felicidad en un total desastre, anulando a Orson Welles. Y más que verdad hay también en que Welles dedujese de esa conversión, arrastrando intencionadamente a la actriz a un paraíso perdido, como esa aterradora magnitud de infelicidad en que estuvo atrapada durante toda su vida. Rita fué bestialmente golpeada por la humillación en estado absoluto, acabando sus días en la paz mineral de los dementes. Welles contó muchos años después, que la encontró un día en un aeropuerto y huyó aterrado al darse cuenta de que no le reconocía....No me cabe duda de que la sombra del film ejercía aún un poder sobrenatural en el director, y en cierto modo estaba recibiendo el pago que se merecía ante su idea de destruir a la que por entonces todavía era su resignada esposa. Hacían falta muchas damas de Shanghai para destruirla, y así vivió su fulgurante edad dorada, erguida como un gallarda mujer esculpida y desde donde ella inundó, a su manera inimitable, de belleza al mundo.

 

Welles conocía mejor que nadie el peligroso territorio que hizo cruzar a Rita Hayworth, eran destellos de algunas imágenes esenciales de La dama de Shanghai y en explosivos agolpamientos de instantes de auto expresión mutua, que el director los concentra en tres grandes escenas secuenciales: El encuentro en el acuario, la metáfora de los tiburones y la lucha en la sala de los espejos, que para mí es una de las pruebas de fuerza más audaces y brillantes de todo el cine que dirigió, sin darse cuenta, muy a pesar suyo,  que estaba convirtiendo a la estrella en una formidable actriz, haciendo añicos los moldes en la que le habían encerrado los fabricantes de muñecas, solo para ser soñadas. Welles la sacó de la intensa tristeza, hasta entonces ignorada, en una mirada hasta entonces también ignorada, de vigor e inteligencia interpretativa.

 

Años después la actriz evocó su matrimonio con Welles, como:

 «El tiempo de la dicha»....

Orson Welles comentó a unos amigos, en relación a la frase de Rita, pero con voz más sombría que de costumbre:

«Si aquello fue la felicidad, imaginad lo que habrá sido para ella el resto de su vida».

 

 

 

 

Voy a centrarme en los films mas importante que hizo, quiero que los jóvenes de hoy, puedan comprender y asimilar un cine que tiene la magnificencia de un creador como él, donde la puesta en escena, los contraluces, el blanco y negro, la intriga y la dirección de actores, eran, junto con unos guiones perfectamente elaborados, los mayores alicientes de su filmografía. Voy a seleccionar los que para mi son clave para comprender esa forma personal de hacer leyenda en el Séptimo Arte....Espero que con ello cumpla con el interés de muchos correos que me han llegado pidiéndomelo, aunque también haré hincapié en su difícil vida personal. Podéis creerme, la vida de Welles no es precisamente un campo de rosas rojas.  

 

 Quería hacer estas puntualizaciones sobre La Dama de Shanghai, porque la considero una de las mejores aportaciones del director al cine, y todo un regalo visual sin precedentes, al que se unió de forma cristalina, mezclándose con las imágenes, la propia vida del matrimonio. En cierta manera Welles no pudo ocultar su genialidad y creó toda una obra maestra y un thriller a tener en cuenta. Aquel muchacho que entró en la sala de un cine madrileño buscando a Gilda, y volver a embriagarme con la danza de Salomé, sucumbió atónito a una transformación de la que se ha hablado mucho a lo largo de los años y que fué el punto de arranque para insertar el nombre de Rita Hayworth, entre la larga lista de esos actores y actrices que no dejan de hacernos soñar.

 

 Hay muchos comentarios de Orson que navegan por el mundo y no quiero pasarlos por alto:

 

"Crea tu propio estilo visual. Hazlo único para ti mismo e identificable para los demás."

 

"El escritor necesita una pluma, el pintor un pincel, el cineasta un ejército."

 

"Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta."

 

"La falsedad es tan antigua como el árbol del Edén."

 

"Lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude."

 

"Muchas personas están demasiado educadas para hablar con la boca llena, pero no se preocupan por hacerlo con la cabeza hueca."

 

"Lo primero que oí cuando aún estaba en la cuna fue la palabra genio murmurada en mi oído. ¡Por eso no se me ocurrió pensar que lo era hasta que fui un hombre adulto!"

 

"Los buenos artistas son femeninos, no admito la existencia de un artista cuya personalidad dominante sea masculina y esto no tiene nada que ver con la homosexualidad. Intelectualmente un artista debe ser un hombre con aptitudes femeninas".

 

 

" Amo a mis actores, porque creo que todo actor no hace sino interpretarse él, cuando se interpreta a un personaje empieza por despojarse de lo que no es él mismo, pero nunca se le añade algo que no existe. Y creo que todos los grandes escritores son actores, tienen la capacidad de entrar en la piel del personaje y de infundirle lo mejor de ellos mismos. Un actor no hace más. Shakespeare era también actor, incluso no sólo de papeles pequeños: hizo el fantasma de Hamlet, interpretó a Yago, a Mercuccio, es apasionante. Shakespeare era terriblemente pesimista. Pero como muchos pesimistas, era también idealista. Solo los optimistas son incapaces de comprender lo que significa amar un ideal."

 

 

 

" He sido un admirador del cuerpo femenino hasta extremos que ni yo puedo analizar. Cuando estaba casado con Rita, solía escaparme por la noche y me iba a los clubs de Los Angeles, era muy conocido, pero eso no importaba. El cuerpo femenino guarda similitudes con el placer y yo no puedo vivir sin placer. Hice mal, tal vez no supe apreciar lo que tenia en casa, pero así era yo y no creo que nada, ni nadie me haga cambiar, apesar de los años".

 

 

 

 

 

 

Su versión radiofónica del original literario de H. G. Wells La guerra de los mundos, fue hasta tal punto realista que sembró el pánico entre miles de oyentes, convencidos de que realmente se estaba produciendo una invasión de extraterrestres. Avalado por este éxito, firmó con la productora RKO un contrato que le otorgaba total libertad creativa, circunstancia que aprovechó hasta el límite en su primer filme, CIUDADANO KANE, considerada como una de las obras más significativas de la historia, esta especie de biografía imaginaria del magnate de la prensa William Randolph Hearst, protagonizada por el propio Welles, coautor también del guión, que escribió en colaboración con Herman J. Mankiewicz, fue capital a la hora de sentar las bases de un moderno lenguaje cinematográfico. Sin embargo, el propio Hearst aprovechó los resortes de su poder para criticar duramente la película, que no consiguió el éxito esperado en Estados Unidos, mientras que hasta después de la Segunda Guerra Mundial no se estrenaría en Europa, donde enseguida se convirtió en film de culto. Su segundo filme, EL CUARTO MANDAMIENTO, el único de los que dirigió en que no apareció como actor, sufrió considerables recortes de la productora, final feliz incluido, antes de su estreno. El fracaso económico de estas dos películas indujeron a RKO a rescindir el contrato y en adelante Welles se vio obligado a trabajar con graves penurias presupuestarias, lo cual no le impidió filmar otro título considerado clave, LA DAMA DE SHANGAI... Tras rodar la primera de sus versiones de obras shakespearianas, MACBETH. se exilió a Europa, cansado de las presiones de las productoras y temeroso del Comité de Actividades Antiamericanas. En el Viejo Continente regresó a Shakespeare con su versión de OTELO, film cuyo caótico rodaje se prolongó durante tres años y que, pese a haber sido galardonado con la Palma de Oro del Festival de Cannes, representó un fracaso comercial, lo cual no quiere decir que no sea una obra muy digna de su filmografía. Gracias a la insistencia del actor Charlton Heston, protagonista y productor de la película, Welles pudo regresar a Hollywood para dirigir SED DE MAL, majestuoso thriller en blanco y negro en el que destaca el plano-secuencia que abre el filme, el más largo de la historia. De nuevo en Europa, rodó EL PROCESO, versión de la novela homónima de Franz Kafka, y en 1965, con producción del español Emiliano Piedra, CAMPANADAS A MEDIANOCHE, amalgama de diversos textos shakespearianos, como Las alegres comadres de Windsor y Enrique V, articulados alrededor de la figura de John Falstaff, papel que se reservó para si mismo y que constituyó, a todos los niveles, uno de los puntos culminantes de su trayectoria y una interpretación fogosa, axfisiante, molesta, hasta vulgarmente sucia, pero de una gran categoría a la altura de los textos  shakespearianos.

 

Sobre su vida privada se ha escrito mucho y en distintos tonos de colores. mientras vivió en España era conocido por las fiestas que organizaba con su amigo Luís Miguel Dominguin, en donde se daban cita todas las celebridades del panorama artístico español, como actores de fama universal. Debo hacer un paréntesis en estos acontecimientos para destacar la amistad de Welles con una Ava Gardner en pleno esplendor de su belleza, como así mismo las escenas que protagonizaron juntos en las habitaciones del Hotel Castellana Hilton de Madrid, que según testigos de aquellos años, mas de una vez tuvieron que subirles en total estado de embriaguez. Las habitaciones que por entonces ocupaba Ava Gardner eres tres suites unidas, y en ellas estuvo viviendo Orson Welles varios meses. Los escándalos que ocasionaron al Hotel y las denuncias de que fué victima el lujoso establecimiento constan aún en las actas. Años después la actriz y debido a las muchas quejas originadas por su comportamiento, y el de sus acompañantes, se trasladó a un chalet en la Avenida del Doctor Arce, donde estuvo hasta su marcha definitiva a Londres, tanto Welles, como Dominguin y en varias ocasiones el mismo Sinatra, adoptaban actitudes nada normales para aquellos años en el interior del recinto. Aquello dió mucho que hablar en la prensa del país y todavía muchos años después, se recuerda al Hotel Castellana Hilton, ahora llamado Hotel Intercontinental, como el lugar idóneo para que muchos nombres famosos del cine y sobre todo de Hollywood, dieran rienda suela a tus instintos mas primarios.

 

 

 

 Voy a destacar cuatro films de la filmografía de Orson Welles sobre el resto, porque considero que son una muestra de su genialidad, films totalmente diferentes, con temáticas opuestas, pero unidos entre sí por algo fundamental, el barroquismo de unas imágenes, la complejidad de unos guiones y esa ambigüedad que traspasaba la pantalla. Personalmente los considero su mejor legado a la historia del cine, estamos ante un cine con mayúsculas, donde los actores son libres, actúan sin actuar y en ocasiones son ellos mismos. También un conjunto de nombres famosos del panorama cinematográfico se dan cita en estas cuatro películas. Recomiendo verlas ahora, cuando han pasado años, su frescura es tremenda y el mensaje que Welles quiso plasmar está de total actualidad. Quiero añadir un titulo por excelencia del director, una pieza maestra, el thriller perfecto, que unido a estos cuatro film, resumen mejor que mis palabras, la genialidad de un director...... Me refiero a LA DAMA DE SHANGAI.

 

 

A finales de los años sesenta, Orson Welles, después de haber jugado, en ocasiones a costa de su supervivencia profesional, algunas de las bazas más enrevesadas, sobre todo en sentido técnico, del cine contemporáneo, optó por la sencillez absoluta, casi por el despojamiento franciscano. Y rodó UNA HISTORIA INMORTAL, un mediometraje, que no llega a la hora de duración, pero que es una de sus indiscutidas obras maestras. Pareció que el tumultuoso narrador barroco de Sed de mal y Campanadas a medianoche hubiera descubierto repentinamente que en su oficio existían también los nombres de Roberto Rossellini y Karl Theodor Dreyer, que habían sido sus referentes hasta entonces. Fue como si un individuo con fama bien ganada de violento, de engreído y de soberbio se sometiera a un sorprendente y hondo ejercicio de autodisciplina espiritual, ejercitando la más grave humildad que se conoce en cine: la transparencia. Welles comenzó a hacer cine cuanto era muy joven, y en su primera película, CIUDADANO KANE, abordó el abismo personal de un viejo. Nunca más salió el gran cineasta del círculo tendido en esta su primera película, y la ancianidad, la decadencia física o, si se quiere, el umbral de la muerte, pasó a ser una especie de obsesión incrustada, como una médula en el interior de una piedra, reflejada en toda su obra. De ahí que UNA HISTORIA INMORTAL, 30 años después, una reedición de Ciudadano Kane, pero esta vez no imaginado el abismo por un joven de 26 años, sino por un hombre que, en el arrabal de su madurez, casi a los 60 años, se sentía un verdadero anciano. Su vida había sido tan ancha e intensa, tan enérgica y veloz, que Welles pudo ya aquí hablar en otro idioma: dejó las grandes parábolas barrocas y adquirió él lenguaje lacónico, justo, económico y esencial de los auténticos viejos. Welles narra aquí una historia que es inmortal porque bucea en la pasión de inmortalidad de los hombres. Se puede especular alrededor del sencillo y apasionante argumento, pero éste es casi secundario al lado de los fascinantes aspectos formales del filme, de su tempo lento y de su composición crepuscular, que le acerca, más que a un relato en sentido convencional, a una composición sinfónica. Sólo si se captura la musicalidad secreta se podrá degustar. el sabor y aroma únicos de esta pequeña joya de la cinematografía europea. No es, ciertamente, un film fácil, pero merece la pena sumergirse en sus dificultades, porque bajo ellas hay un encuentro con la fragilidad de un poeta, un hombre vulnerable que se había refugiado en las formas fuertes del drama, tal vez para protegerse a sí mismo.

 

 

 

 

LO QUE SE HA DICHO DE ORSON WELLES

 

 

"Poseía algo brutal en él que me dejaba sin fuerzas. Era capaz de conquistarme con solo levantar una ceja.....Nunca leí los guiones que me ofreció, me bastaba con saber que él los había escrito".

(JEANNE MOREAU).

"Después de Alfred Hitchcock, ningún director supo leer mejor mi interior y comprender mi capacidad de interpretar. Le quise como a un padre, y con él aprendí todo lo que necesitaba para seguir siento actor".

(ANTHONY PERKINS)

"Creíamos que SED DE MAL no terminaría nunca, siempre tenía alguna secuencia que agregar, o algún dialogo para improvisar. Yo no estaba acostumbrado a trabajar de ese modo, y tuvimos algunas palabras. Pero cuando todo finalizó y vimos la película, comprendí entonces donde empezaba y terminaba la palabra "genio".

(CHARLTON HESTON)

 

Cuando Beatrice Welles, hija de Orson Welles, llegó a Madrid, llevaba un peculiar equipaje: en una maleta que el director de Ciudadano Kane utilizaba en todos sus viajes, transportaba una urna con las cenizas de su padre, fallecido en 1985, y que habían permanecido en la oficina que Beatrice posee en Las Vegas. Ella dijo a los medios de prensa que las cenizas serian enterradas en la finca "El Recreo de San Cayetano", que el torero y gran amigo de Welles, Antonio Ordóñez posee a seis kilómetros de Ronda, en la provincia de Málaga. Beatrice cumplía así hace años, la voluntad reiteradamente manifestada por su padre de ser enterrado en España, país en el que vivió varias etapas de su vida y en el que mejor y más feliz se encontraba. Beatrice Welles era una mujer rubia, alta y delgada, cuyo físico se podría ajustar al de las actrices más famosas de aquellos años, pero con un gran sentido del humor, en perfecto castellano, que ha heredado de su padre, junto a unos pies planos que la hacen quejarse más de lo que ella quisiera:

 

"Estaba tan loco que no hemos heredado ni una peseta".

 

 

 

 

 

Gracias a ese sentido del humor, Beatrice confesó entre grandes carcajadas que, además de ocuparse de las cenizas de su padre, tendrá que encargarse de las de su madre y las de su abuela, que serán enterradas en el mausoleo que la familia tiene en Roma desde hace 400 años. Al contrario que su padre Beatrice no siente la menor pasión por el mundo del cine. Su única incursión en el celuloide ocurrió cuando ella era muy pequeña, con la película CAMPANADAS A MEDIANOCHE, film favorito tanto de su padre como de ella. De su padre asegura en todo momento que sólo conserva recuerdos maravillosos. En España, donde ella pasó por lo menos seis años, asegura que fue plenamente feliz, tanto en Madrid como en las restantes ciudades en las que vivieron. Welles rodó en España algunos de sus filmes, como CAMPANADAS A MEDIANOCHE y MISTER ARKADIN. Nunca fue a la escuela. Su padre era contrario a la pedagogía convencional y aseguraba que su hija aprendería más con clases particulares y observando directamente la vida. Ella aseguró que con la familia disfrutó siempre y en todo momento:

"Papá era un hombre sorprendente. No cabía el aburrimiento con él. Me hacía muchos regalos, aunque sospecho que pensaba más en las cosas que a él le gustaría tener que en las que me hacían ilusión a mí, aunque lo cierto es que siempre me lograba divertir con sus ocurrencias".

 

 

 

Así fué como fueron depositadas las cenizas de un genio del cine llamado Orson Welles, en una tierra que amó, bajo el calor sofocante del sol de Andalucía, y al cobijo de la casa de su buen amigo el torero Antonio Ordóñez.

 Ningún sitio podía reunir tantas cosas amadas para que el genio siguiera durmiendo tranquilo, soñando tal vez con un nuevo proyecto, o simplemente, como él dijo: 

 

"Lo que han visto son mis sueños, yo solo les he dado color, puse rostro a los personajes, y me volví a dormir otra vez para saber como terminaría el sueño.... Nada mas".

 

 

 

 

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