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VANESSA REDGRAVE

 

 

 

 

 

 

Si existe una actriz que con su sola presencia, reúna el brillo, el arte y la categoría de esos seres a los que llamamos privilegiados dentro del cine, esta es sin duda: Vanessa Redgrave. Cuando la descubrí hace muchos años en aquel maravilloso musical titulado CAMELOT, no tuve la menor duda, había encontrado material de puro cine, una piedra preciosa dispuesta a ser tallada y emocionar al mundo y que como esa Mamma que todos necesitamos, posee: dulzura, belleza, calor y una serie de registros que dado el contenido de CAMELOT aún dormían en un letargo que los años se encargarían de despertar para gloria y fortuna de los llamamos cinéfilos, mitómanos o como Dios quiera denominarnos. Era como una diosa... la escena del campo en primavera lo demuestra, era una reina... el paseo entre velas al  lado de un magnifico Richard Harris, ofreciéndonos una de las secuencias mas bellas que recuerdo... Todo habla por si solo. Vanessa Redgrave tomaba el relevo de muchas otras actrices, ansiaba la bandera de una libertad que siempre llevó consigo, y lo transformaba en arte. No hay adjetivos suficientes para describir su regia presencia, basta con una colaboración, un papel estelar, la protagonista...Todo lo borda y lo engrandece. Este es mi pensamiento al estar escribiendo sobre la actriz inglesa, me siento obligado, era como un reto pendiente...Y ahora, que me encuentro en optimas condiciones y con experiencia, es ese momento en que rindo mi mas sentido homenaje a una grande del cine y el teatro.

Vanessa perdona mi tardanza...

Sé que siempre estarás ahí y me comprendes.

Ver en pantalla a Vanessa es un regalo, una especie de sirena en aguas azules, el brillo de sus ojos, aún ahora en su madurez, son tan vivos como aquellos lagos suizos que narró no se que escritor.....Es una autentica dama de la escena, es la actriz Inglesa por excelencia, con permiso de mi admirada Maggie Smith. Ambas son como la misma metamorfosis de las que están hechas, y sus reacciones, registros e interpretaciones deberían estar colgadas en la misma National Gallery de Londres para asombro y gloria de los que buscan la perfección en el arte. Vanessa es inglesa, sus movimientos son óptimos, y parece que los guiones de los Films que interpreta están creados para ella misma. ¿Acaso se pueden imaginar otra reina Guinevere que no sea ella en CAMELOT?... ¿Vieron alguna vez mas elegancia, arte y prestancia en una actriz que da la replica a un Rey Arturo o al enamorado Lancelot du Lac, en las tierras de leyenda, envuelta en brumas y magia denominada CAMELOT?. Este film, es uno de mis musicales preferidos y quizá el primero que tuvo la culpa de que yo amase este genero. Sin duda Vanessa nunca estuvo mejor, ni tan bien acompañada por canciones y música irrepetibles, con una fotografía de ensueño. No exagero en decir que CAMELOT es una pequeña obra de arte digna de volver a ser visionada.

Su filmografía es tan amplia que, elegir es labor de enanos, no hay un solo film donde no lo salve la maestría y presencia de esta actriz inglesa, pero como todo buen amante del cine, tengo mis predilecciones: JULIA y CAMELOT. No puedo desaprovechar esta ocasión para mezclar su arte con estos dos monumentos del celuloide, y mas adelante haré un gran paréntesis, no solo para hablar de las dos películas, sino para rendir mi homenaje personal a través de estas dos hermosas ventanas, donde yo muchas veces me he asomado para seguir sintiendo mi sentimiento por el Séptimo Arte.

Vanessa Redgrave nació el 30 de enero de 1937 en Londres, fruto entre los actores Sir Michael Redgrave y Rachel Kempson.  De ellos, como su hermano Corin Redgrave y su hermana Lynn Redgrave, heredó cierta inclinación por el mundo de la interpretación así como una afinidad por las ideas progresistas. El primero lo canalizó ingresando en el Central School of Speech and Drama en Londres y en la Royal Shakespeary Company, estrenando obras como LA DAMA DEL MAR y LA GAVIOTA. Lo segundo, se materializaría en una larga trayectoria de militancia política y filiación con organizaciones marxistas. Vanessa se casó con el excelente director Tony Richardson, quien le daría dos hijos: Joely y Natasha Richardson. En 1964 obtuvo un papel en la serie ADIOS A LAS ARMAS que le facilitaría obtener más películas como UN HOMBRE PARA LA ETERNIDAD. Michelangelo Antonioni se fijó en ella para interpretar a Jane, la mujer que David Hemmings fotografió desnuda en Blow up. En ella Vanessa posaba expuesta a sus semejantes, desafiándolos con sus poderosos brazos y una melena indomable, y que a su vez mantenía su independencia sirviéndose de su cuerpo para ocultar sus senos: Vanessa Redgrave se convertiría, gracias a esa secuencia, en el prototipo de mujer que abrazaba la causa de la revolución sexual, dispuesta a tambalear todas las instituciones que hiciesen falta. El año finalizó con la obtención del premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes por MORGAN, UN CASO CLINICO, en la que interpretó a una mujer burguesa que descubría el vacío de su mundo así como el potencial de su propia sexualidad. En enero la academia de Hollywood anunció que Vanessa optaba al Oscar a la mejor actriz, que compartiría con Lynn Redgrave. Finalmente, Elizabeth Taylor se erigió ganadora. Para entonces, en palabras del crítico Mirito Torreiro, definía a la actriz:

-"Vanessa Redgrave pasó a encarnar a un prototipo de mujer., responsable de su propio destino, comprometida en toda causa social, luchadora y enormemente activa."
 

Cuando le ofrecieron el musical CAMELOT, escrito para gloria de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe, basado libremente en la leyenda del rey Arturo tal como se adaptó en la novela de T. H. White, la actriz dudó en poder hacerse cargo de las maravillosas canciones, pero la insistencia de Logan y su interés por formar parte de una película totalmente musical que narraba el adulterio de la Reina Ginebra con Lancelot Du Lac, le hicieron cambiar de idea. y según su familia, Vanessa siempre se sentía muy orgullosa de su aportación a una obra que está considerada el cenit de los musicales. CAMELOT fué dirigida por Joshua Logan en 1967 en uno de sus mejores y mas inspirados momentos como director. Fué interpretada por Richard Harris, y Franco Nero, adaptando para la pantalla el libreto de Loewe y Lerner, que triunfaba de forma apoteósica en Broadway de la mano de Julie Andrews y Richard Burton. No todo serían éxitos. En esas fechas Vanessa se divorció de Tony Richardson, debido al affaire que éste mantenía con la actriz Jeanne Moreau. De dicho fracaso sentimental se rehízo en 1967 cuando conoció en el rodaje de CAMELOT a Franco Nero, padre de su hijo, Carlo Nero. En ella se hizo una metáfora sobre la necesidad de establecer estados justos y democráticos. Ahora bien, existe un punto negro en el film, la cinta fue masacrada en parte por la puritana censura americana, pero a pesar de todo, las críticas no afectaron en su enorme éxito y mucho menos a Vanessa, habida cuenta de su triunfo teatral en la nueva versión de La gaviota, obra que también representó el año siguiente bajo las órdenes de Sidney Lumet, encarnando a Nina, la hija de un terrateniente que se casa con un hombre mayor para desgracia de su enamorado Kostia. CAMELOT actualmente es una pieza codiciada y querida por todos los cinéfilos del mundo, y se puede visionar resmasterizada y con su metraje original: "Todo un deleite visual".
 


Un año después, Vanessa se puso en la piel de la bailarina Isadora Duncan en ISADORA, personaje que se la conoció por un estilo único, dándole a la danza una oportunidad de transgresión. A la actriz le valió una candidatura al Oscar y el premio del Festival de Cannes. Como protagonista de los movimientos contraculturales de los años sesenta, Vanessa Redgrave fue absorbida por la cultura oficial, participando en obras de teatro y en películas con visos académicos: MARIA, REINA DE ESCOCIA, donde compartía plantel con Glenda Jackson, así como LAS TROYANAS, junto a Irene Papas. Eran los años grandes de la actriz, trabajaba sin parar, cosechando para una actriz inglesa, cosa poco común, todas las candidaturas mas prestigiosas, premios en Europa y en el mundo entero. Había nacido un fenómeno visual-interpretativo. En Londres representó La ópera TRES PENIQUES., de Bertold Brecht, dirigida por Tony Richardson; y NOCHE DE REYES, en el que daba vida a Viola, una joven aficionada al travestismo.



En pleno éxito de una carrera imparable, se presentó entre 1974 y 1979 a las elecciones generales por el Partido Revolucionario Trotskista. Su hija Joely Richardson dijo en público:

 -"Mi madre dio mucho dinero y durante años no trabajó. siempre estábamos mudándonos de casa porque no podía pagar el alquiler. Así es como crecimos con mi madre, con la sensación de que a nuestro alrededor se agotaba."-.

Compaginó dicha actividad política con su participación en films como ASESINATO EN EL ORIENT EXPRESS. Pero de la mano de Fred Zinnerman, el director le otorgó un papel que se ajustaba a su propio ideario personal: JULIA, la mejor amiga de Lillian Hellman, una revolucionaria asesinada que pretendía que su compañera se hiciese cargo de su hijo, fue un papel extremecedor por el cual Vanessa obtuvo el Oscar al quedar enteramente fusionado el perfil del personaje con su imagen pública. Semanas previas a la ceremonia la actriz se había proclamado simpatizante de la causa palestina y miembros de la comunidad judía había quemado una efigie suya. Cuando aceptó su premio, Vanessa, vestida con una túnica vaporosa inspirada en modelos medievales, ofreció un discurso que sacudió el patio de butacas:

 

RECIBIENDO EL OSCAR POR JULIA

-"Queridos colegas: quería daros las gracias. Pienso que Jane Fonda y yo hemos hecho el mejor trabajo de nuestras vidas. Desde aquí os saludo y rindo tributo por no dejaros intimidar ante las amenazas de un grupo de sionistas matones, cuyo comportamiento es un insulto a la verdadera talla de los judíos de todo el mundo. Y os prometo que seguiré luchando contra el antisemitismo, la opresión y el fascismo."-

Parte del público la vitoreó y Paddy Chayefsky la amonestó en el transcurso de la ceremonia. Finalizada la misma, Marsha Mason -Nominada ese año, dijo que Vanessa era muy valiente.

A pesar de aquel escándalo su ritmo de trabajo no decreció. Rodó YANKIS, bajo las órdenes de uno de los protagonistas del Free Cinema, John Schlesinger. En ella Vanessa incorporó a una enfermera cuyo marido se encuentra combatiendo a los nazis, cuyo hijo es maltratado en la escuela privada a la que acude, y sobrelleva sus desgracias manteniendo un romance con un militar americano asentado en tierra británica para planear el asalto a Normandía. Ese mismo año encarnó a Agatha Christie en el filme AGATHA, en el que presentaba una imagen de la escritora poco conocida: la de una mujer cuyos valores victorianos quedan derrumbados ante su inminente proceso de divorcio del Coronel Christie y que abraza la idea del suicidio. El plano en que muestra sus medias rotas ofrece la visión de una mujer madura cuyo mundo se va desvaneciendo. Vanessa estuvo esplendida en la piel de la escritora, el film tuvo un enorme éxito y el nombre de Vanessa era ya toda una institución a todos los niveles, entre los que se encontraban también los ambientes políticos. Estuvo a punto de encabezas las listas en las elecciones inglesas del año siguiente, pero al final comprendió que hacia mucho mas reflejando en la pantalla sus ideales, que sentada en el Parlamento.
 

 

AGATHA

 

Así mismo James Ivory, excelente director, la contrató para encabezar el plantel de LAS BOSTONIANAS, En ella Vanessa interpretó a Olive Chancellor, una sufragista enamorada de una de sus protegidas y que no puede luchar contra los valores y modales de su primo Basil, y aquí también consiguió su quinta candidatura, la Academia tenía miedo de premiarla, a pesar de que para entonces ya pertenecía al menos radical Partido Laborista. Repitió con Reeve en la obra teatral, LOS PAPELES DE ARSPEN. En 1985 Michael Redgrave falleció mientras ella representaba sobre las tablas LA GAVIOTA y protagonizaba THE WETHERBY, junto a Ian Holm y Judi Dench. Los años siguientes centró su actividad en el teatro, seleccionando muy escrupulosamente sus intervenciones para el cine. Entre éstas se encontraba REGRESO A HOWARDS END, en la que daba vida a un personajes en las antípodas de su imagen: su Ruth Wilcocks era una mujer apegada a su marido, feliz con su jardín y declaraba estar en contra de toda actividad sufragista. Llegó aquí tambien su sexta candidatura y aunque ella no recogió una segunda estatuilla, aplaudió fervientemente a su compañera de reparto, la magnifica Emma Thompson.
 

La relación amorosa con Franco Nero, al que conoció en CAMELOT y padre de su hijo, seguía y ambos llegaron a ser los mejores amigos y amantes que se recuerdan. Esto dijo Nero de la actriz:

-"La ví por primera vez con un adorno de margaritas sobre su joven cabeza, aquel pelo al viento, sus ojos brillantes, sus maravillosas manos, aquella forma de pasearse delante de mi. No la puedo y quiero olvidarla. Creo que si estuvimos entonces hechos el uno para el otro, los años me han enseñado que sigue siendo la inaccesible reina Ginebra, y la veo siempre rodeada de felicidad, amor por los demás, y luchadora incansable. Todo se lo deberé siempre a aquel musical que de alguna forma ha marcado a todos los que lo interpretamos."


Su filmografía se hacia inmensa, con categoría, como: UN MES EN EL CAMPO, donde demostraba ser una mujer mayor rebosante de vitalidad y con capacidad para seducir tanto a galanes jóvenes, como a miembros de su propia generación. En MRS DALLAWAY, en la que se puso en la piel de una mujer que optaba por la vida tras reflexionar sobre su propio vacío y frustración vital. Estos dos títulos lograron que la prensa destacase su belleza otoñal, convirtiéndose en una secundaria de lujo en filmes como LA CASA DE LOS ESPÍRITUS, LULU EN EL PUENTE, INOCENCIA INTERRUMPIDA o WILDE... en todos estuvo magistral e inmensamente creíble.

 En 1998 abandonó su militancia en el Partido Laborista, indignada ante los abusos policiales en las manifestaciones. De ahí que siguiera interviniendo en películas de corte progresista como ABAJO EL TELÓN, interpretando a la mujer de William Randolph Hearst, una millonaria hastiada de su existencia y que ayudaba entusiasmada a la izquierda acusada durante la Caza de Brujas.
 

Siempre que miro sus ojos veo mas allá de ellos, es como contemplar un túnel de luz azulada intensa que me da paz interior, que me hace amar mas esta profesión de historiador-critico o escritor de cine. Ojos como los de Vanessa son mis puntos de luz, hay muchas actrices que me han dado la misma sensación, y no puedo dejar de que escapen a mi estudio. Amo la mirada, el brillo y el color de unos ojos, son como una antesala del personaje al cual quiero rendir mi humilde homenaje y con Vanessa Redgrave las coordenadas se unen, se disparan y me encuentro a veces perdido en una galaxia que no tiene fin. Veo, devoro todos sus trabajos y vuelve casi siempre a los verdes campos de Camelot, a su reina Ginebra, a su amor imposible y a la caballerosidad del aprendiz del Mago Merlín. Es una historia que siempre me ha fascinado y volver a verla mucho mas jóven, danzando entre las flores, cantando ese maravilloso "I Loved you Once In Silence", el cuerpo pierde su elasticidad y me dejo llevar por la magia del cine y floto ante la inspirada música de Loewe y Lerner. Podría centrarme en LAS TROYANAS, película que hizo al lado de otro monstruo: Khatarine Hepburn, o en su hermoso papel de LAS BOSTONIANAS, muy dignas de mención, pero nunca puedo olvidar CAMELOT, es un mea culpa que deseo perdonéis.

 

De su labor teatral sobresale su interpretación en:

 

PASEANDO A MISS DAISY

 

Seguía obteniendo reconocimientos. En el Festival de Cine de San Sebastián recibió de manos de Nuria Espert el Premio Donosti en 1998, cantando y obligando a cantar a la platea, la letra de John Lennon, Imagine. También recibió el Globo de Oro por su papel en el telefilme SI LAS PAREDES HABLASEN. El cambio de siglo significó el regreso a una intensa actividad política. En 2002 declaró que Guantánamo era un campo de concentración. Al año siguiente, enfadada por la Guerra de Irak, rehusó ir a la Ceremonia de los Oscar para recibir un homenaje conjunto a todos los intérpretes galardonados y se quedó en Reino Unido fundando "The Peace and Progress Party", con su hermano, Corin Redgrave. Compaginó tal actividad con la representación de obras de teatro como EL ABANICO DE LADY WINDERMERE, en la que interpretó a la madre de Joely Richardson. Ante tanto trabajo, rechazó varias ofertas cinematográficos como TE CON MUSSOLINI, LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS, LAS HORAS, esta ultima le vino dada a raíz de protagonizar en Mrs. Dallway, como en la obra teatral Vita and Virginia, en la que encarnaba con suficiente credibilidad a la escritora Virginia Wolff.
 

Creo sin animo a exagerar que Vanessa Redgrave es una actriz todo-terreno, ningún papel o una simple colaboración pueden pasar desapercibidas al espectador, ella es toda una institución, raíz de una saga de prestigio y una de las actrices inglesas con mas categoría de cuantas yo he podido ver a lo largo de muchos años.

La actriz afirmó que participar en la obra de teatro "The Year of Magical Thinking" le ha ayudado a sobreponerse a la muerte de su hija, la también actriz Natasha Richardson, fallecida hace poco tiempo. En esta obra de Joan Didion, Redgrave interpreta a una mujer que acababa de perder a su marido y a su hija, una papel que ayudó a la actriz con su propio sufrimiento tras la muerte de Richardson en un accidente de esquí.

- "La última representación, en la Catedral de San Juan el Divino, de Nueva York, me ayudó. Ahí es donde aparece la magia de una escritora extraordinaria, porque en un momento así nada puede ayudar, absolutamente nada. Todos aprendemos del dolor y todos tenemos que sobreponernos a un sufrimiento terrible en algún momento de nuestras vidas".
 

En su vida íntima fueron años dramáticos: en 2002 falleció su madre, la también actriz Rachel Kempson en casa de su nieta Natasha y del esposo de ésta, Liam Neeson; también en 2002 se le diagnosticó un cáncer de mama a Lynn, a la que acogió en su casa durante el periodo que duró la quimioterapia. Natasha poco después sufrió un accidente en la nieve del que no se recuperó. En la nota oficial quedaron muchas lagunas en la desaparición de Natasha, se habló de una venganza de la mafia por la actividad política de Vannessa, se han hecho múltiples conjeturas, pero ninguna se ha podido probar. Otro misterio sin resolver

Pero su carrera seguía a pesar de las desgracias familiares, y era un gran apoyo. Obtuvo otro papel importante en el cine en la película LA CONDESA BLANCA, de nuevo bajo la dirección de James Ivory.  En ella interpretó a una Princesa desterrada por la Revolución Rusa que usaba sus contactos en la embajada para poder abandonar Shanghai. A ese título se le sumaría EVENING, donde encarnaba a una enferma terminal y ATONEMENT. Dos grandes triunfos en su madurez, pero que le sirvieron para seguir demostrando su enorme clase, su disciplina y ese áurea de enorme actriz que siempre la ha acompañado.

 

CON SU HIJA JOELY


Para mi sigue siendo aquella joven de ojos azules, de enorme melena, de rasgos duros y de sensibilidad a flor de piel. Quizá por eso deseo y necesito hablar de mis dos Films favoritos, dos piezas para mí indispensables de su filmografía y de las que la misma actriz guarda unos recuerdos imborrables, por muchos motivos. Pese a estar cerca de los 70 años Vanessa Redgrave sigue conservando la belleza y la energía de antaño, y sobre todo sigue fiel a sus convicciones, lo que la convierte en un bicho raro dentro de la fauna del mundo del séptimo arte. Una suerte para ella y para todos los que somos amantes de un cine comprometido.

 

 

C A M E L O T

 

El mito del Rey Arturo ha sido tocado por el cine, de forma regular, a lo largo de sus más de 100 años de historia, desde el clásico de LOS CABALLEROS DE LA TABLA REDONDA, pasando por el excelente EXCALIBUR, de J. Boorman, hasta llegar al mas que aceptable film: EL PRIMER CABALLERO, por solo mencionar los mas destacados. Pero curiosamente, quizás sea la versión cinematográfica del musical de Frederic Loewe y Alan Jay Lerner, CAMELOT, de duradero e inolvidable éxito en los escenarios de Broadway y posterior paso a la gran pantalla, el que haya sabido captar más fielmente lo que de magia, amor, pasión, fidelidades traicionadas y utopía hay en esta bellísima historia. Dirigida por un director solvente como lo fue Joshua Logan, e indiscutiblemente uno de los últimos grandes musicales del Hollywood clásico. Sustentada en un sólido guión, el film se desliza de forma milimétrica desde una primera parte, donde la belleza, la utopía y la felicidad inundan la pantalla, hacia una segunda parte más sombría y pesimista, donde la pasión culpable de los amantes, deviene en drama, sentimiento de culpa, dolor y sueños destruidos, manteniendo perfectamente la atención del espectador a lo largo de sus casi tres horas de metraje. Todos los que veneramos este film nos hemos sentidos identificados con los personajes y sus sentimientos. Joshua Logan consigue con su fotografía, de forma inusual para un musical, el rostro de los actores en grandes primerísimos planos, para acercarnos de forma intima a los sentimientos contradictorios que su corazón alberga, consiguiendo del trío protagonista unas interpretaciones soberbias, enfatizando de manera muy especial las miradas y todo lo que a través de ellas expresan. Nunca Richard Harris estuvo mejor en la pantalla, y tanto Vanessa Redgrave como Franco Nero componen unos excelentes y creíbles Ginebra y Lancelot... No podían disimular su relación y atracción.


Nunca en ninguna versión fílmica el espectador se siente a la vez tan comprensivo con el delito de amor de los jóvenes amantes, como cercano al dolor de un Rey, por su amor y amistad traicionados, por aquellos a quien tanto quiere, y por el fin del gran sueño utópico de Camelot. Visto ahora, después de casi 40 años después de su estreno, CAMELOT, no ha perdido ni un ápice de su fuerza. Desafía con elegancia todos los intentos de resucitar un género, que como tantos otros da la impresión de que se ha perdido esa formula para crearlos. Hoy en día no tenemos unos actores de la talla de Richard Harris, Vanessa Redgrave o Franco Nero, o un gran director como fue Joshua Logan, y sobre todo nos encontramos en un desierto donde encontrar un guionista que sepa escribir, parece una misión más que imposible, salvo la excepción de EL FANTASMA DE LA OPERA, un clásico, con una partitura de Webber que roza el propio sueño de los dioses, o el lúgubre, exitoso y magistral SUNSET BOULEVARD, del mismo Webber, donde con solamente ver a ese monstruo de actriz que es Glenn Close, merece la pena esperar los lustros que sean. El musical esta en pleno siglo XXI en auge, pero siempre caminará por las cenizas calientes del fuego que alimentó una ciudad llamada CAMELOT.


De la partitura se podría escribir mucho, es uno de los mejores trabajos del mágico binomio Loewe&Lerner, bastaría con mencionar mis temas favoritos, que por muchos motivos íntimos y personales han sido durante años mi banda sonora. Ahora lo siguen siendo, sus canciones son gemas de enorme valor musical, como por ejemplo: I Loved you Once In Silence, The lusty Month Of May, How To Handle A Woman o la propia Overture, que da paso a una de las leyendas mas fascinantes que el ser humano haya podido admirar. CAMELOT es un antes y un después, CAMELOT es de lo mejor de una actriz que en aquellos años poseía uno de los rostros mas surrealistas del cine.


En aquellos años tenia gran interés en ver CAMELOT, puesto que es la adaptación de una obra de White que me conmueve y apasiona muchísimo desde que tuve la suerte de dar con ella en una librería en Madrid, hace años. Supongo que ahora estará más que reeditada y disponible, pero entonces no existía Amazon y había que apelar a los métodos de caza libresca más artesanales. Métodos que resultaban tan estimulantes como peligrosos: desordenar pilas de libros medio podridos ante la desaprobadora mirada del librero, estar al borde de la muerte por ingestión de una polvareda altamente tóxica; y por último, pero no menos importante, alzar el libro en lo alto de la pila de volúmenes revueltos y contemplarlo relucir cual espada Excalibur que emerge del lago. Lo de relucir es falaz, porque como es sabido, las librerías viejas son mausoleos sin fuentes de luz que confirman la teoría secreta de que sus dueños son seres misteriosos, que han aprendido a leer en la oscuridad y esperan que tú tengas la misma habilidad o en su defecto, una gran formación del braille. Pero volvamos a CAMELOT... En el fondo no me hacía demasiada ilusión de que fuese un musical, aunque yo los adoro, porque pensé que esto supondría destacar una parte ligera de la obra de White en detrimento de su profundo sentido de la poesía y de la épica. Después de haberla visto, compruebo con estupor y alegría desmedida que conserva la mezcla del drama, las aventuras y la comedia. Recuerdo y recordaré siempre tres escenas: la bellísima obertura en la que Arturo avista Camelot; el reencuentro de Arturo adulto/niño con Merlín y el recuerdo de su aprendizaje con los animales; y finalmente el encuentro de Ginebra con el rey Pellinor, y la famosa conversación en la que este maravilloso personaje añora las bondades de un buen lecho de plumas.

En general, la película detenta un ritmo y unos aciertos algo mágicos y si vale la pena volver a visionarla, destacaría la escenografía: el salón donde se instaura la Mesa Redonda es un delirio prerrafaelita pop cuya magnificencia deja sin habla (todo cuidado al detalle). El vestuario, sobre todo el de Vanessa Redgrave es de una fastuosidad y belleza increíbles: suaves pieles invernales, vestidos de lady of shallott, complicadas fantasías medievales, delicados tejidos de malla dorada, coronas de flores, túnicas de caída acuática...Las armaduras no se quedan atrás, igualando al fastuoso brillo de EXCALIBUR.


Desde que comienza te introduces en un paisaje y una atmósfera legendarios, y te sorprende ver cómo el buen Rey interpretado por Richard Harris se convierte en un tipo sensible, delicado, un hombre dado al amor como primera de todas las causas, y ya te sorprende menos cuando su objeto de deseo y fraternidad es Vanessa Redgrave, tan bella, ingenua y a la vez perversa como pocas. Es un espectáculo al servicio del cine clásico inmortal de siempre, servido en reluciente bandeja de plata por una actriz de incalculable valía, que riega a su personaje de Ginebra con todos los recursos, y son muchos, de una figura de categoría. Pero todo en CAMELOT es tres en uno, todas las partes se confunden con canciones magistrales y una puesta en escena como sólo Joshua Logan es capaz de hacer, el mismo director de Films como: Picnic, Bus Stop o La leyenda de la ciudad sin nombre, siempre ligadas a un origen teatral. En nuestro CAMELOT, el teatro está muy presente por la estructuración de sus secuencias y alcanza al cine y lo transmuta en uno de los musicales más hermosos de todos los tiempos, con unos actores que se comunican extraordinariamente entre ellos, gozando y sufriendo los avatares del condenado amor entre melodías fascinantes.

 

 

 

J U L I A

Penúltimo film de Fred Zinnemann, el guión es de Alvin Sargent. que adapta un relato de unas 40 páginas del segundo libro de la novela autobiográfica “Pentimento”, de la dramaturga Lillian Hellman, basada en experiencias autobiográficas. Se rueda en escenarios naturales y reales de Inglaterra: Isla de Wight y Francia: Paris, Estrasburgo... y en los platós de EMI Elstree Studios (RU) y Boulogne-Billancourt Studios (Francia). Fué nominada a 11 Oscar (actriz, fotografía, director, música, película...), pero solo ganó 3 (actor reparto, actriz reparto y guión adaptado). JULIA se estrenó el dos de Octubre de 1997 en Nueva York.

La acción dramática tiene lugar en Nueva Inglaterra..., Paris, Viena, Berlín, Moscú y Estrasburgo, entre 1924, cuando la protagonista Lillian tiene unos 10 años, hasta alcanzar los 50. La obra se divide en tres partes: la adolescencia de Lillian y Julia, la estancia de Julia en Viena para estudiar psicología con Freud y otros profesores y un largo viaje en tren desde Viena a Moscú. La primera parte hace las veces de prólogo y las otras dos se extienden entre 1934 y 1936. Se añade un breve epílogo, que pone final al largo flashback que contiene la historia. A una hora avanzada de un oscuro atardecer de lo que parece ser un otoño sombrío, que marca el presente narrativo del relato, separado de los hechos por unos 50 años. La protagonista revisa sus recuerdos de infancia y juventud desde la distancia en el tiempo. Lo hace con ánimo reflexivo y analítico, como protagonista de la historia y desde su propio punto de vista.

La narración es pausada, se desarrolla en el marco de una visión intimista y muy personal, que se detiene en el análisis de unos pocos bloques de hechos. El estilo es minucioso, detallista, desapasionado, pulcro y elegante. No se plantea como una autocrítica, ni como una revisión encomiástica. A la búsqueda de un atractivo y seductor realismo, el autor pone en el ánimo de la protagonista, y a la vez narradora, propósitos de objetividad y verismo, que el paso del tiempo ha matizado, difuminado y subjetivizado. El largo flashback que contiene el relato incorpora otros flashbacks referidos a los años de infancia. Es todo un deleite narrativo y visual poco visto en el cine, y muy bien dirigido por Zinnemann, que le da con soltura de mago, las tonalidades exactas en todas y cada una de las secuencias. Un film de autentico culto, donde nunca estuvo mejor Jane Fonda, y donde Vanessa Redgrave con solo un par de escenas, nos abre tantas puertas, que ahora pasados los años siguen dando aire a todo un clásico de enorme categoría cinematográfica.
 

Aporta un enorme interés de la confrontación de los dos personajes femeninos diferentes y en parte contradictorios, lo que brinda la ocasión de presentar una visión vitalista de las dos amigas. Una se muestra frágil, dependiente, necesitada de apoyos, reflexiva e insegura. La otra es extrovertida, independiente, autónoma, segura e idealista. La definición de los caracteres y la amistad blanca que las une condicionan y explican el desarrollo de la historia, su grata complejidad y riqueza de matices. No es irrelevante observar la diferencia de estatura de las dos y las posiciones relativas que tienden a adoptar una respecto de la otra: una se anticipa, lleva la iniciativa del dúo. Nunca se ha dado en la pantalla una relación así, hay momentos en la cinta que no hacen falta las palabras, las miradas, el roce de sus manos, el ambiente de lujo que las envuelve....Es todo tan inusual de ver en la pantalla que JULIA se me ha clavado tan fuerte, que parece que fué ayer cuando la ví en el Cine Avenida de Madrid, recuerdo que era una tarde muy lluviosa...!!curioso!!, siempre que veo un film en una tarde-noche de aguacero, el resultado ha sido positivo, JULIA lo fué y en muchos sentidos me identifiqué con ambas, las dos tienes mucho de mi personalidad, pero esa historia no interesa.

El sentido distendido, despreocupado, alegre y lúdico, que preside las escenas iniciales da paso, unas veces, a escenas de un intenso dramatismo y, en otras ocasiones, son de elevada tensión, como el viaje en tren. La obra elogia la amistad femenina y la amistad en general, la ayuda mutua, el esfuerzo, la defensa de los ideales de libertad, la lucha contra el nazismo y toda forma de autoritarismo... Muestra la suma de opiniones diferentes que integran la oposición al nazismo y el sadismo que éstos practicaban con saña. Son momentos para el recuerdo: la pesadilla de Lillian, el lanzamiento de un profesor por las escaleras y otro al vacío desde un tercer piso, el recuerdo en sueños del paseo de Lillian y Julia en barca a vela , el encuentro de las dos amigas en el restaurante de Moscú.....No sabría con cual quedarme, solo puedo decir que nadie como Vanessa Redgrave y Jane Fonda podían trasmitir esas sensaciones. Yo creo que con Films como éste es donde se dan la mayoría de los partos de los cinéfilos y mitómanos. Amabas actrices tan enormes como Apolo.
 

Llama la atención la brillantez del vestuario de época, el automóvil utilitario Ford de 2 puertas, los taxis de las grandes ciudades, la alegría juvenil del grupo de chicas nazis del tren, el guiño de simpatía dedicado a Buñuel, con el encuadre fetichista de pies caminando, la solemne bofetada de Jane Fonda a un cínico bravucón y el cálido homenaje que Zinnemann dedica, en voz baja, a Viena, su ciudad natal, y a los violines del vals. El realizador era todo un virtuoso del violín. La banda sonora, de Georges Delerue, ofrece melodías descriptivas de ambientación, de gran fuerza expresiva, que elogian la juventud, la alegría y la fiesta. En varias ocasiones se incluyen pasajes de intenso dramatismo y suspense. Destacan los temas “Main Tittle”, “End Tittle”, “Lillian in Paris”, “Lillian’s Dream”... Como música añadida aporta un breve fragmento de “La cucaracha” y uno más extenso de un vals vienés. La fotografía, de Douglas Slocombe, compone imágenes de cuidada belleza plástica, con insertos de concepción esteticista, y retrata Paris como a mi me gusta, como es, sencillamente la ciudad mas bella del mundo. Dedica primeros planos de admiración a los rostros de Jane Fonda, Vanessa Redgrave, y Jason Robards. Un trío de ases que nos hace sentirnos privilegiados al reunirlos juntos en una bella y dramática historia. Las secuencias donde interviene Vanessa Redgrave resaltan como fuegos de artificio, en todas ellas esperamos algo, lo vemos en sus azules ojos, en su vestimenta, hasta en la forma en que mueve las manos. Jane Fonda dijo:

-"Vanessa es la institución por derecho propio. Cuando teníamos que rodar juntas era como si el sol hubiera entrado en el plató, tenemos muchos puntos afines, admiramos las mismas cosas, y nos sentimos ambas como si el tiempo transcurriera lenta, pero maravillosamente dulce. Nunca Olvidaré JULIA. Hice muchas películas en mi vida, pero ésta tiene un sabor especial, que solo volví a notar cuando rodé GRINGO VIEJO. La adoro, como al resto de su familia."-


El film consigue una combinación equilibrada de soberbias interpretaciones, excelente música, admirable fotografía, un gran guión, una historia interesante y una acertada y cuidada puesta en escena. En este caso es el amor entre dos amigas lo que vence fronteras de clase, ideológicas y de todo tipo. Un amor incondicional con ecos de una sensualidad llena de vigor y sabiduría, sin sexo, pero con la unión insondable de dos seres distintos que viven como uno. JULIA está basada en la autobiografía de la escritora y autora de teatro Lillian Hellman: su parecido con Vanessa Redgrave resulta impresionante.

La película es excelente, fría, como es el estilo de un director en ocasiones distante, pero importante y un gran artesano del movimiento, del estudio interior de los actores que dan vida a sus personajes, pero siempre libre, dispuesto a confeccionar la trama a su manera, trasluciendo sus obras como rompedoras en su época. La impresión que yo saqué cuando terminó la proyección la primera vez que la ví, fué de desconcierto en tono menor, pero con una impresión en do mayor, que al cabo de tantos años, sigue siendo para mi, una muestra de amistad y sensibilidad. Al saber que estaba basada en una obra de teatro de la misma autora y que resume de esa excelente manera de tratar la dificultad de sobrevivir entre las dos amigas que viven y palpitan a veces como pareja de enamorados...busqué, revolví en librerías, hasta encontrar el enorme manuscrito de Lillian, PENDIMENTO, donde navegué durante mucho tiempo aprendiéndome casi de memoria ese enorme canto a la libertad, al amor y a la amistad que es la obra de la Hellman.

JULIA no es una película, es un canto en voz alta, es un espejo de cuidados reflejos donde todos y cada uno de los que la hemos admirado o la tenemos como libro de consulta, nos hemos vistos reflejados mas de una vez en la opacidad del espejo. No puedo imaginar otras actrices que no fueran Jane Fonda o Vanessa Redgrave dando vida a sus personajes, porque tanto la una como la otra están perfectas, tan perfectas que rayan lo irrepetible. Son reflejos de ese admirable espejo que es la vida y de donde todos podemos sacar mil y una conclusiones, aunque la mas importante sea el valor de la amistad.


PREMIOS OBTENIDOS

Oscars.

 

1992 Mejor Actriz de Reparto Regreso a Howards End, Nominada

1984 Mejor Actriz Las bostonianas, Nominada

1977 Mejor Actriz de Reparto Julia, Ganadora

1971 Mejor Actriz María, reina de Escocia, Nominada

1968 Mejor Actriz Isadora, Nominada

1966 Mejor Actriz Morgan, un caso clínico, Nominada

 

Globos de Oro.

 

2002 Mejor Actriz de Serie, Miniserie o Telefilme The Gathering Storm Nominada

2000 Mejor Actriz de Reparto de Serie, Miniserie o Telefilme Mujer contra mujer Ganadora

1997 Globo de Oro a la mejor actriz de miniserie o telefilme Bella Mafia, Nominada

1995 Mejor Actriz - Comedia o Musical Un mes en el lago, Nominada

1988 Mejor Actriz de Serie, Miniserie o Telefilme Un hombre para la eternidad, Nominada

1987 Mejor Actriz de Reparto Ábrete de orejas, Nominada

1986 Mejor Actriz de Serie, Miniserie o Telefilme Second Serve, Nominada

1984 Mejor Actriz - Drama Las bostonianas, Nominada

1977 Mejor Actriz de Reparto Julia, Ganadora

1971 Mejor Actriz - Drama María, reina de Escocia, Nominada

1968 Mejor Actriz - Drama Isadora, Nominada

1967 Mejor Actriz - Comedia o Musical Camelot, Nominada

1966 Mejor Actriz - Comedia o Musical Morgan, un caso clínico, Nominada

 

Premios BAFTA.

 

2010 BAFTA Honorífico, Ganadora

 

Premios Festival de Cannes 1966.

 

Palma de Oro a la mejor actriz

 

Premio Festival de Cine de San Sebastian.

 

Premio Donostia a toda una carrera en el cine.